Combate de Los Pozos , la enciclopedia libre

Combate de los Pozos
Guerra del Brasil

Segunda posición del combate naval de Los Pozos.
Fecha 11 de junio de 1826
Lugar Río de la Plata
Resultado Victoria Argentina
Resultado indefinido, según otros[1]
Beligerantes
Provincias Unidas del Río de la Plata. Imperio del Brasil
Comandantes
Guillermo Brown Rodrigo José Ferreira
Fuerzas en combate
11 barcos 31 barcos

El combate de Los Pozos tuvo lugar el 11 de junio de 1826 en el Río de La Plata, frente a la ciudad de Buenos Aires, en una zona de relativa mayor profundidad (de allí el nombre de Los Pozos) y a la vista desde la población, entre la endeble escuadra argentina y la flota del Imperio de Brasil, venciendo la primera.[2]

Situación anterior al combate[editar]

El 10 de diciembre de 1825, el Imperio del Brasil ―que mantenía invadido todo el territorio del Uruguay―, alegando que las Provincias Unidas del Río de la Plata habían apoyado la expedición de los Treinta y Tres Orientales y alentaban a los uruguayos a liberarse de la ocupación brasileña― le declaró la guerra a las Provincias Unidas, a las cuales se había reintegrado el actual estado uruguayo durante el Congreso de la Florida.[2]

El 21 de diciembre de 1825, una poderosa escuadra imperial al mando del vicealmirante brasileño Rodrigo José Ferreira Lobo bloqueó Buenos Aires.[2]

Entonces el Gobierno de Buenos Aires convocó al marino irlandés nacionalizado argentino Guillermo Brown (48), y el 12 de enero de 1826 le confirió, con el grado de coronel mayor, el mando de la escuadra integrada por muy escasas fuerzas: los bergantines General Balcarce y General Belgrano y una vieja lancha cañonera, la Correntina.[2]

Brown demostró entonces otra faceta de su capacidad: la organización; 12 lanchas cañoneras fueron inmediatamente incorporadas y al poco tiempo se incrementó el número de buques mediante la adquisición de la fragata Veinticinco de Mayo, los bergantines Congreso Nacional y República Argentina y las goletas Sarandí y Pepa. El almirante izó su insignia en la fragata Veinticinco de Mayo.[2]

Las primeras acciones contra la flota brasileña tuvieron lugar el 9 de febrero de 1826. Durante el combate la fragata Itaparica, buque insignia del almirante brasileño, sufrió graves averías.[2]

El combate[editar]

El 10 de junio de 1826 una poderosa fuerza brasileña se presentó ante Buenos Aires, integrada por 31 barcos. Brown solo disponía de 4 buques y 7 cañoneras, pero dirigiéndose a sus tripulantes los arengó con estas palabras:

El marino irlandés nacionalizado argentino en 1812, Guillermo Brown.
Marinos y soldados de la República: ¿véis esa gran montaña flotante? ¡Son los 31 buques enemigos! Pero no creáis que vuestro general abriga el menor recelo, pues no duda de vuestro valor y espera que imitaréis a la Veinticinco de Mayo, que será echada a pique antes que rendida. Camaradas: ¡confianza en la victoria, disciplina y tres vivas a la Patria!
Guillermo Brown[2]

Momentos después, la nave capitana de Brown dio la consigna:

«¡Fuego rasante que el pueblo nos contempla!» [2]

Poco antes de las dos de la tarde se empeñó la acción en toda la línea. Aumentó la expectativa de la muchedumbre agolpada en la ribera con la presencia de otras naves que a toda vela acudían al lugar del combate. Era el comandante Leonardo Rosales que llegaba en ayuda del almirante con la goleta Río de la Plata y lo mismo hacía Nicolás Jorge con el bergantín General Balcarce. Para facilitar la maniobra de estas dos naves, Brown atacó con frágiles cañoneras a uno de los más poderosos buques brasileños, la fragata Nitcheroy y al despejarse el humo del combate se vio que la fuerza enemiga se retiraba.

Hubo un muerto del lado argentino.[3][1]

Brown ese día recibió del pueblo de Buenos Aires las pruebas más exaltadas de admiración y gratitud ante esta victoria argentina llamada combate de Los Pozos.[2]

Referencias[editar]

  1. a b Vale, Brian (2000): A war betwixt Englishmen: Brazil against Argentina on the River Plate (1825-1830). Londres: I. B. Tauris, 2000.
    Según este historiador militar británico, el resultado fue indefinido:
    Luego a las 15:00, Brown tomó la iniciativa. La escolta de Rosales se veía volviendo sobre el horizonte norte. Brown señaló la unión a la acción, mientras que Norton ordenó a la flotilla de Grenfell para interceptar. Entonces, pensando que el Niterói se había encallado, Brown llevó a sus cañoneras a que llegue el ataque. Esto condujo a un breve intercambio de disparos antes de que los argentinos se dieron cuenta de su error y se retiraron a sus posiciones originales. Eran las cinco de la tarde y ya estaba frío y oscuro. Los brasileños se retiraron lentamente, anclados a dos y media millas de sus enemigos. Los capitanes brasileños no dieron mucha importancia a la acción de 11 de junio de 1826, más tarde llamado la Batalla de Los Pozos. Senna Pereira en sus Memorias desestimó en dos frases concisas: «No se hizo nada en el ataque propuesto para el 11 de junio. El enemigo sufrió algunos daños en sus cañoneras, pero era poco más que una escaramuza. La única ganancia fue que tres marineros brasileños habían tomado galantemente ventaja de la confusión para volver a tomar la goleta María Isabel, capturada fuera de Montevideo el 10 de abril, y habían logrado escapar y volver a unirse a la escuadra imperial. [...] Norton y sus hombres no pueden haber considerado 11 de junio un compromiso importante, pero a la gente de cosas Buenos Aires parecía diferente [...] Sin darse cuenta (o olvidadiza) de las aguas poco profundas que hacen que sea imposible para cualquier nave brasileña acercarse, vieron el aparente rechazo de una fuerza tan grande por uno tan pequeño como una victoria poderosa. Guillermo Brown llegó a tierra para encontrarse a sí mismo en un héroe nacional. [...] Los periódicos (de Argentina) lo siguieron. [...] Para no ser menos, El Correo Nacional informó con satisfacción que “hemos sido informados por una persona que habló con Norton que Brown es un héroe y los oficiales bajo su mando incomparables!”». Mientras que en la republicana Buenos Aires, la importancia del apoyo público significó que la información sobre los acontecimientos se hizo libremente disponible y se inclinaba para dar una impresión favorable, el régimen monárquico en Río de Janeiro no se preocupó por la opinión pública, y se limitó a imprimir despachos oficiales con pocos comentarios. [...] Un oficial de Norton concluyó con cansancio: «Todo esto muestra el tipo de guerra que tenemos que aguantar aquí».
  2. a b c d e f g h i «Combate de Los Pozos», artículo en el diario La Gazeta. El texto se basa en dos libros:
  3. Página 350 del Dicionário das batalhas brasileiras, de Hernâni Donato (1922-2012). São Paulo: IBRASA, segunda edición, 1996.