Twins of Evil , la enciclopedia libre

Twins of Evil es una película de terror dirigida en 1971 por John Hough y producida por la Hammer, que cierra la Trilogía de los Karnstein. En España se estrenó como Drácula y las mellizas a modo de truco publicitario, ya que el famoso conde de Bram Stoker no aparece ni es mencionado en ningún momento. En cambio, la fuente de inspiración de esta película es el relato Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu. De los tres títulos de la trilogía, este es el único que logró superar la censura y estrenarse en España. A diferencia de los dos títulos anteriores, Carmilla no es la protagonista, sino que hace un breve cameo. Para esta aparición se contactó con la protagonista de la primera parte, Ingrid Pitt, pero finalmente fue Katya Wyeth quien apareció en la película.

Intérpretes principales[editar]

Argumento[editar]

María y Frieda son dos hermanas gemelas idénticas en apariencia pero con personalidades muy diferentes. María es sencilla y humilde, mientras que Frieda es ambiciosa y algo cruel y sensual. Las dos acaban de quedar huérfanas y viajan desde Venecia hasta el pueblo donde vive su tío Gustav, un fanático religioso que en su ciega cruzada contra el mal no duda en sacrificar mujeres inocentes acusándolas de practicar la brujería.

Por otra parte, en el castillo que domina el pueblo, vive el Conde Karnstein, consagrado a la magia negra y al culto satánico, que se escapa por su alta alcurnia del alcance de Gustav. El conde conocerá a las dos gemelas en una visita al pueblo. Frieda se sentirá inmediatamente atraída hacia él y lo mismo ocurre a la inversa.

Una noche, el conde lleva su diabólico culto al máximo asesinando a una joven doncella en un ritual de sangre. El resultado de ese ritual es la resurrección temporal de Mircalla Karnstein, una antepasada suya, que le convierte en vampiro. En su nueva condición, sin embargo, puede pasear bajo el sol, por lo que nadie sospecha nada.

Una noche, Frieda decide escaparse de la casa donde las gemelas viven martirizadas por la puritana tiranía de su tío y, a pesar de que Maria intenta convencerla de que no lo haga, marcha al castillo del conde tras amenazar a su hermana con matarla si cuenta algo. Allí, el conde le revela su secreto y le dice que con el mordisco de un vampiro sólo los inocentes mueren, los que tienen su corazón entregado a Satán se convierten en nuevos seres sedientos de sangre. Frieda se resiste tímidamente, pero es mordida por el conde, y se transforma en vampiro.

A partir de ese momento, las víctimas se suceden, y pronto Frieda es descubierta y condenada a la hoguera por su tío. Pero el conde interviene, secuestra a María y la sustituye por Frieda. Las gentes del pueblo se disponen a quemar a la muchacha, sin sospechar que están a punto de matar a la inocente Maria, mientras que Frieda no detiene su búsqueda de sangre.