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Strigiformes

Mochuelo común (Athene noctua).
Taxonomía
Dominio: Eukaryota
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Aves
Orden: Strigiformes
Wagler, 1830
Distribución
Distribución de todas las especies.
Distribución de todas las especies.
Familias
Sinonimia

Strigidae sensu Sibley & Ahlquist

Las rapaces nocturnas o estrigiformes (Strigiformes) son un orden de aves compuesto por la familias Tytonidae (lechuzas), y la familia Strigidae que incluye búhos, mochuelos, tecolotes, autillos, cárabos, el ñacurutú y el chuncho, entre otras. Se encuentran en todo el mundo, excepto en la Antártida, la mayor parte de Groenlandia y en algunas islas remotas. Son grandes cazadores, de hábitos generalmente nocturnos y solitarios. Se alimentan principalmente de pequeños mamíferos, insectos y otras aves, aunque algunas especies se especializan en la pesca. Este vocablo en su etimología viene del latín strix o strigis, y del griego στριγξ (strinx) o στριγγος (stringos), que significa "lechuza", y por ello el nombre de este orden significa «los que tienen forma de lechuza o búho.

Anatomía[editar]

Mochuelo excavador(Athene cunicularia)
Búho nival

Los búhos poseen grandes ojos y agujeros para las orejas orientados hacia delante, un pico similar al de un halcón, una cara plana y, por lo general, un llamativo círculo de plumas, un disco facial, alrededor de cada ojo. Las plumas que componen este disco pueden ajustarse para enfocar con nitidez los sonidos procedentes de distintas distancias en las cavidades auditivas de los búhos, situadas asimétricamente. La mayoría de las aves rapaces tienen los ojos a los lados de la cabeza, pero la naturaleza estereoscópica de los ojos del búho, orientados hacia delante, permite una mayor percepción de la profundidad, necesaria para cazar con poca luz. Aunque los búhos tienen visión binocular, sus grandes ojos están fijos en sus órbitas -como los de la mayoría de las demás aves-, por lo que deben girar toda la cabeza para cambiar de vista. Como los búhos son hipermétropes, no pueden ver con claridad nada que se encuentre a pocos centímetros de sus ojos. Los búhos pueden palpar las presas que atrapan gracias a las filoplumas, plumas pilosas del pico y las patas que actúan como "antenas". Su visión lejana, sobre todo con poca luz, es excepcionalmente buena.

Los búhos pueden girar la cabeza y el cuello hasta 270°. Los búhos tienen 14 vértebras en el cuello, frente a las siete de los humanos, lo que hace que su cuello sea más flexible. También tienen adaptaciones en su sistema circulatorio, lo que permite la rotación sin cortar la sangre al cerebro: los agujeros de las vértebras por los que pasan las arterias vertebrales tienen unas 10 veces el diámetro de la arteria, en lugar de ser del mismo tamaño que en los humanos; las arterias vertebrales entran en las vértebras cervicales a mayor altura que en otras aves, lo que da a los vasos cierta holgura, y las arterias carótidas se unen en una anastomosis o unión muy grande, la mayor de cualquier ave, lo que impide que se corte el suministro de sangre mientras giran el cuello. Otras anastomosis entre las arterias carótidas y vertebrales apoyan este efecto.[1][2]

El búho más pequeño, que pesa tan sólo 31 g (1+3⁄32 oz) y mide unos 13,5 cm (5+1⁄4 in), es el búho duende (Micrathene whitneyi).[3]​ De aproximadamente el mismo tamaño, aunque ligeramente más pesados, se encuentran el menos conocido búho de bigotes largos (Xenoglaux loweryi) y el búho pigmeo de Tamaulipas (Glaucidium sanchezi).[3]​ Los búhos más grandes son dos búhos reales de tamaño similar: el búho real euroasiático (Bubo bubo) y el búho pescador de Blakiston (Bubo blakistoni). Las hembras más grandes de estas especies miden 71 cm (28 in) de largo, tienen una envergadura de 190 cm (75 in) y pesan 4,2 kg (9+1⁄4 lb).[3][4][5][6][7]

Diferentes especies de búhos producen diferentes sonidos; esta distribución de llamadas ayuda a los búhos a encontrar pareja o anunciar su presencia a posibles competidores, y también ayuda a los ornitólogos y observadores de aves a localizar estas aves y distinguir las especies. Como ya se ha indicado, los discos faciales ayudan a los búhos a canalizar el sonido de las presas hacia sus oídos. En muchas especies, estos discos están colocados asimétricamente, para una mejor localización direccional.

El plumaje de los búhos es generalmente críptico, aunque varias especies tienen marcas faciales y en la cabeza, como máscaras faciales, penachos en las orejas e iris de colores brillantes. Estas marcas suelen ser más comunes en las especies que habitan en hábitats abiertos, y se cree que las utilizan para señalizarse con otros búhos en condiciones de poca luz.[8]

Otras características[editar]

Los dedos tienden en las estrigiformes a separarse dos a dos, y el pico, como en los loros, es muy ganchudo y presenta la base cubierta por una cera. Los caracteres distintivos del orden están principalmente en los ojos y en los oídos. Aquellos son muy grandes y en vez de estar situados a los lados de la cabeza, se hallan orientados hacia adelante, como entre los mamíferos ocurre con los primates, y cada uno de ellos está rodeado por un gran disco de plumas, el disco facial, limitado por una circunferencia de plumas pequeñas, duras y rizadas. Aunque los búhos tienen visión binocular, sus ojos están fijos en su lugar y tienen que girar toda su cabeza para ver hacia otra dirección. Son hipermétropes y no pueden ver nada a unos centímetros de sus ojos. Sin embargo, su visión, particularmente en luz baja, es excelente.

En cuanto a los oídos, son muy grandes y presentan en el exterior notables repliegues de piel, como si tendiesen a formar una oreja, con la particularidad de que ésta ofrece a cada lado, en la mayor parte de los casos, formas distintas. Este carácter no se nota a simple vista por estar ocultos los oídos bajo plumas; pero es curioso que muchas especies tienen sobre la cabeza una a modo de falsas orejillas o cuernecillos, formados por grupos de plumas tiesas. El plumaje de estas aves es muy espeso y muy blando, pareciéndose al de los chotacabras, y la mayor parte de las especies se asemejan también a estos en el color, que es una mezcla de diferentes matices amarillos, rojizos, pardos y negros.

Hábitos[editar]

Athene cunicularia, mochuelo de madriguera, tecolote llanero o pequén.

Casi todas las estrigiformes son nocturnas y se alimentan de presas vivas, tales como pequeños mamíferos, pajarillos, ranas, etc., que devoran enteros; luego regurgitan unas egagrópilas u ovillos formados por trozos de huesos, pelos y demás partes que por su naturaleza no pueden digerir. Muchos búhos pueden cazar en total oscuridad guiándose por el sonido. Su disco facial ayuda a dirigir el sonido de sus presas hacia los oídos. Muchas especies poseen plumas suaves que les permiten volar sin hacer ruido, y de esta forma oír los chillidos o los crujidos que se producen en el suelo. Un ejemplo de diurna es Athene cunicularia que habita en casi toda América.

Los huevos que ponen las hembras son casi esféricos, y por completo blancos. Sus nidos son rudimentarios y pueden estar situados en árboles, madrigueras, establos y cuevas.

En el folclore[editar]

Tyto alba, lechuza común o lechuza de los campanarios.
  • En el folclore de Chile y parte de Argentina, los búhos y lechuzas son considerados un tipo de ave agorera (ave de mala suerte); siendo relacionados con el mito del temido Chonchón.
  • Entre los vascos, el búho es considerado un animal poco inteligente. En euskera, los términos para búho o lechuza (hontza, mozoloa) son sinónimos de imbécil aplicados a una persona.
  • En la cultura japonesa, los búhos son símbolos de la muerte y ver uno se considera de mala suerte.
  • En la cultura rumana, escuchar el sonido producido por estas aves es una indicación de que alguien va a morir en el vecindario, debido a que el sonido es parecido a un lamento.
  • Los romanos los consideraban aves funerarias, por sus actividades nocturnas y por tener sus nidos en lugares poco accesibles, por lo que ver a un búho en el día se consideraba de mala suerte.
  • Algunos creen que la lechuza o el búho sí es de buena suerte y atrae al dinero.
  • Debido a que suelen seguir a sus presas y otros objetos casi continuamente con su mirada y que tiene una gran flexibilidad en las vértebras y músculos del cuello, es común la creencia de que los búhos y lechuzas pueden girar 360° sus cabezas (es decir dar una vuelta completa de sus cabezas sobre su cuerpo). Esto ha sido afirmado por mucha gente en calidad de testigos presenciales. Lo verdadero es que los Strigiformes pueden girar en torno de su eje de simetría mucho la cabeza (nunca 360°) y muy velozmente volver a poner la cabeza en la posición inicial, lo que al ojo humano le crea la ilusión óptica de que las cabezas de estas aves pueden girar completamente sobre su cuerpo.

Referencias[editar]

  1. «International Science & Engineering Visualization Challenge: Posters & Graphics». Science 339 (6119): 514-515. 1 de febrero de 2013. doi:10.1126/science.339.6119.514.  Parámetro desconocido |doi-access= ignorado (ayuda)
  2. «Owl mystery unraveled: Scientists explain how bird can rotate its head without cutting off blood supply to brain». Johns Hopkins Medicine. 31 de enero de 2013. Consultado el 3 de marzo de 2013. 
  3. a b c Konig, Claus; Welck, Friedhelm and Jan-Hendrik Becking (1999) Owls: A Guide to the Owls of the World, Yale University Press, ISBN 978-0-300-07920-3.
  4. Eurasian Eagle Owl. Oiseaux-birds.com. Retrieved 2013-03-02.
  5. Eurasian Eagle Owl – Bubo bubo – Information, Pictures, Sounds. Owlpages.com (13 August 2012). Retrieved 2013-03-02.
  6. Take A Peek At Boo, The Eagle Owl – The Quillcards Blog Archivado el 26 de abril de 2015 en Wayback Machine.. Quillcards.com (23 September 2009). Retrieved 2013-03-02.
  7. Blakiston's Fish Owl Project. Fishowls.com (26 February 2013). Retrieved 2013-03-02.
  8. Galeotti, Paolo; Diego Rubolini (November 2007). «Head ornaments in owls: what are their functions?». Journal of Avian Biology 38 (6): 731-736. doi:10.1111/j.0908-8857.2007.04143.x. 

Enlaces externos[editar]